En el día de ayer recibimos la noticia de que los Pittsburgh Steelers han contratado al veterano mariscal de campo Michael Vick como suplente de Ben Roethlisberger, luego de la lesión que Bruce Gradkowski sufriera el domingo pasado ante Green Bay.
La noticia nos puso a muchos particularmente felices debido a la mediocre (aunque ascendente) performance de Landry Jones en los 3 partidos de pretemporada.
Debo confesar que la noticia me sorprendió. Tengo la impresión, tal vez prejuiciosa, de que los Pittsburgh Steelers son una organización conservadora. Y digo conservadora en oposición a lo progresista, entendiendo a esto último como aquel modo de ver la realidad desde el prisma del optimismo respecto de las posibilidades de avance, adelanto, desarrollo y perfeccionamiento de la sociedad o del individuo. En consecuencia nunca pensé que los Steelers fueran a contratar a un ex-convicto. Pues me equivocaba: lo hicieron.
Enhorabuena
Con sorpresa y algo de incredulidad, leí un comentario de Anthony Defeo (@Defeoman) bajo el elocuente título de “If you stop following the Steelers because of Michael Vick, you probably weren’t much of a fan anyway”
Stop following the #Steelers because of Vick? You probably weren't much of a fan anyway http://t.co/zvusqCBFxP pic.twitter.com/PJzTM4Jygf
— Tony Defeo (@Defeoman) August 26, 2015
Allí, Tony hace referencia a la negativa reacción de una porción de la Nación Steeler, manifestando,en redes sociales, su indignación por la reciente contratación en virtud de los antecedentes penales del QB.
Pronto mis reflexiones fueron más allá del caso específico de Vick.
Los fanáticos son eso. Fanáticos.
La Real Academia Española de la Lengua define al fanático como el que “defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas” y/o quien está “preocupado o entusiasmado ciegamente por algo”
Ceguera y desmesura.
- Si las combinamos con el anonimato que confieren las redes sociales se obtendrá la mixtura ideal que resulta en estupidez.
Michael Vick acaba de cumplir 35 años, y purgó casi 2 años de condena por participar de riñas de perros.
Su récord deportivo es excelente:
- 13 años en la NFL, 22.093 yardas aéreas,
- con 131 touchdowns,
- rating de pasador para toda su carrera de 80.4.
- Ochocientos cincuenta y tres acarreos (7 yardas de promedio) y 36 TD por tierra.
Su carrera de deportista estrella, y esta es mi opinión, terminó en 2009, año en que fue condenado, mientras era un QB de franquicia de los Atlanta Falcons.
- En cierta manera, perdió su carrera además de su libertad.
- A su regreso a la Liga ya no fue el mismo.
¿Cuánta condena más debe pagar un individuo por sus errores? ¿Cuánta más vida se le exige que entregue? ¿Cuándo la sociedad sentirá que ha sido resarcida?
La pena de muerte también se puede purgar en vida.
El Dr de Acero