Damar Hamlin y Su Conmoción Cardíaca Explicado por El Dr. de Acero

Bumps and Bruises. La NFL en bata blanca.

El trágico evento que azota a la NFL.

El safety egresado de Pitt Damar Hamlin, de 23 años, aún lucha por su vida. Según informó la organización de los Bills a estas horas (15:30 del 4 de enero) si bien permanece internado en la UCI en estado crítico, ha mostrado progresos en su recuperación.Damar Hamlin, Tee Higgins, MNF

Como es sabido Damar Hamlin sufrió una muerte súbita durante el Monday Night Football, protagonizando tal vez el episodio más dramático de la historia de este deporte.

En efecto, luego de un violento choque con Tee Higgins, cayó al piso, muerto. (Quiero aclarar que la prensa utiliza términos como desvanecido, desmayo, etc. Pero lo cierto es que en medicina la ocurrencia de una fibrilación ventricular es equivalente a una muerte súbita)

La información que pude recabar a esta hora es que el atleta sufrió lo que se denomina conmoción cardíaca o commotio cordis, una rara y gravísima condición provocada por un violento trauma en la región precordial (sobre el esternón o las costillas, sobre el corazón) que desencadena una grave arritmia llamada fibrilación ventricular que lleva a una muerte súbita.

Veamos de qué se trata.

La conmoción cardiaca fue descrita por vez primera en 1763 y hasta el final de la década pasada, sólo en los Estados Unidos se habían registrado más de 190 casos y es producto de un traumatismo no penetrante aplicado en un momento crítico del ciclo eléctrico cardíaco.

El 20% de la las muertes súbitas que se registran en atletas jóvenes son debidas a commotio cordis (CC), aunque se sospecha un subregistro de casos. El número de casos está aumentando y el 50% de esos casos ocurren durante la práctica de deportes. Los varones jóvenes, entre los 4 a 18 años se encuentran en mayor riesgo debido, se cree, a que la pared torácica es menos resistente.

Si bien los proyectiles que impactan sobre el pecho provocando la CC incluyen pucks de hockey, balones de futbol, y extremidades (durante la práctica de artes marciales), es más común en el baseball juvenil, con pelotas pitcheadas a una velocidad de entre 30 y 50 mph (48 a 80 kph).

Un estudio ha demostrado que la zona más vulnerable para provocar la fibrilación ventricular es el centro del ventrículo izquierdo.

El pronóstico de esta condición depende en gran medida de la velocidad con que se llegue al diagnóstico y se lleven a cabo las medidas de resucitación. Sin embargo, la resucitación dentro de los 3 minutos resulta exitosa en el 25 % de los casos. Cuando la resucitación se prolonga más allá de los 3 minutos la sobrevida cae al 3%. Así de grave es la cosa.

Desde Steel Curtain Rising elevamos una oración para la recuperación pronta de Damar.

El Dr. de Acero

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El infierno llamado Turn ACL. A propósito de Devin Bush

Como cualquiera puede imaginar la rodilla es una estructura formidable de ingeniería biológica, de diseño tan sofisticado que es capaz de absorber sin lesionarse, fuerzas encontradas, rotaciones, flexiones e hiperextensiones máximas y desplazamientos bruscos y también antinaturales.

  • Esto es así casi siempre…
Devin Bush, Darren Fells, Steelers vs Texans

Devin Bush niega un pase. Photo Credit: Chaz Palla, Tribune-Review

La rotura o desgarro de los ligamentos cruzados (sobre todo el anterior) solía ser unas décadas atrás, una lesión tan irreparable que ponía fin a la carrera de cualquier deportista profesional. Hoy en día la reparación del ligamento cruzado anterior es algo relativamente frecuente y un procedimiento aunque no sencillo, sí está bien documentado.

  • Brevemente trataré de dar un repaso a la descripción de la rodilla.

Es una articulación (o sea la unión de dos o más huesos) que involucra al hueso del muslo o fémur con el hueso de la pierna o tibia. El extremo del fémur que enfrenta a la tibia lo hace por medio de dos especie de rodillos, uno externo y otro interno, que se aplican sobre dos superficies cóncavas que proporciona la tibia, que son las mesetas tibiales. El tercer hueso de la articulación es la rótula pero que en este caso que nos convoca hoy no juega ningún papel trascendente.

En la rodilla existen estructuras que participan en la estabilización pasiva de la articulación que son los llamados ligamentos. Hay dos a cada lado de la articulación o ligamentos laterales interno y externo, y dos ubicados en el centro de la articulación, entre los “rodillos” femorales y que van desde el fémur a la tibia cruzándose en forma de equis, los ligamentos cruzados anterior y posterior. Los ligamentos laterales estabilizan la rodilla por los lados evitando el desplazamiento tanto externo como interno. Los ligamentos cruzados evitan el exagerado desplazamiento anteroposterior del fémur sobre la tibia y también la rotación articular.

  • Hay otras estructuras que participan de la estabilización dinámica que son los complejos musculares del muslo y la pierna.

El desgarro o directamente la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) no tiene reparación. No puede ser suturado. En este tipo de atleta de alto rendimiento el ligamento roto debe ser reemplazado por un injerto, una tira de tendón extraído de los isquiotibiales, del tendón rotuliano o de la llamada pata de ganso. Luego se tallan con un taladro dos túneles enfrentados en el fémur y la tibia y por allí dentro se pasa el ligamento a injertar. Luego se fija con un tornillo bioabsorbible en el extremo de la tibia o en ambos (según la técnica).

Y aquí viene algo curioso: al principio, parte del tendón injertado se necrosa, es decir, se muere. Esta necrosis estimula un proceso de reparación celular que recompone el tendón ahora con tejido del propio paciente. Pasando por diferentes etapas el injerto madura en un lapso de 12 meses. Hasta aquí la reparación del ligamento.

  • Pero… ¿ocurre lo mismo con la “reparación” de la vida deportiva del individuo?

Lo que no suele tenerse en cuenta es el rol regulador o administrador de las fuerzas dinámicas del movimiento que tiene el cerebro.

  • El cuerpo se mueve en el cerebro.

Cada movimiento es pensado y luego ordenado para ser ejecutado de manera casi automática en un acoplamiento fabuloso entre cerebro y cuerpo. Dentro de este sofisticado fenómeno al que denominamos movimiento o más precisamente movimiento atlético o deportivo, se llama propiocepción a toda la información tanto estática como cinética que arriba al cerebro mientras nos movemos y que parte de receptores o sensores propioceptivos que están distribuidos por todo el cuerpo.

¿Y qué creen? En los ligamentos cruzados hay receptores, y se lesionan y dejan de funcionar. De manera que parte importante de la rehabilitación es la reeducación del movimiento. Es la etapa final o neuropropioceptiva.

Volver a naturalizar los movimientos tal cual eran antes, volver a confiar en la articulación sin tener el temor de que se repita aquella lesión.

Para muchos deportistas el período de rehabilitación es una etapa de aislamiento, de alejamiento de la competencia y de sus pares, de su grupo de pertenencia, de soledad y  también de incertidumbre sobre el futuro.

  • ¿Cómo será su rendimiento deportivo cuando esté de regreso en el campo de juego?

¿Será el mismo? Habrá aparecido un reemplazo que se quedará con su lugar en el equipo? Conseguirá trabajo en otra franquicia? Se podrá exigir la rodilla sin temor a lesionarse nuevamente?  ¿Se habrá terminado su carrera aún antes de los 25 años?

Esa idea es abrumadora y al mismo tiempo paralizante. Más allá de las sensaciones reales de menor estabilidad en esa rodilla, de que el movimiento está bien pero no es el mismo, del dolor que eventualmente pueda aparecer, lo realmente difícil de sobrellevar es la idea de que una nueva lesión sea el final de toda una vida deportiva y profesional que apenas estaba comenzando.

  • Pero ¿qué dice la investigación médica acerca de este asunto?

Shah et al. publicó en The American Journal of Sport Medicine, en 2010, que el 63% de los atletas estudiados retornaron a jugar a los 10.8 meses de promedio, luego de la cirugía. (No sé cómo habrán contado el tiempo de regreso si un jugador termina su rehabilitación en el mes de marzo).

Fue más probable que el jugador retorne al juego si antes de la cirugía había jugado más partidos (la posibilidad de que ocurra el regreso al juego era 5.5 veces más probable si el jugador tenía 4 temporadas o más en la NFL a sus espaldas). Finalmente era más probable el retorno al juego (RAJ) si el individuo había sido drafteado en las primeras 4 rondas.

El que sigue es un trabajo que viene muy al caso, porque puede ser lo que explique el descenso en el rendimiento de Devin Bush. Es decir, siempre se conjetura o se habla del miedo a una nueva lesión y de cómo este temor puede afectar el rendimiento de un jugador.

Selt-Reported Fear Predicts Functional Performance and Second ACL Injury After ACL Reconstruction and Return to Sport: A Pilot Study. Paterno et al. Sport Health. May/Jun 2018

La hipótesis sobre la que trabajó Paterno fue que el temor estará asociado a bajo rendimiento en las pruebas funcionales y al rate de segunda lesión del LCA. Utilizó un cuestionario auto-administrado al momento del retorno llamado Tampa Scale of Kinesiophobia (TSK-11) para medir de manera lo más objetiva posible y reproducible algo tan subjetivo como es el temor y diferentes pruebas funcionales para evaluar el comportamiento de la articulación.

Los jugadores fueron seguidos durante 12 meses luego del RAJ para determinar la ocurrencia de la segunda lesión. ¿Y que encontraron? Aquellos cuyo TSK-11 sumaba 17 puntos o más (a mayor puntaje mayor temor) tenían entre 6 y 8 veces más posibilidades de que sus reportes funcionales fueran peores. Pero aquellos que al momento de RAJ tenían un TSK-11 de 19 puntos o más, tenían 13 veces más chances de re-lesión de LCA en los siguientes 24 meses.

TRECE VECES MÁS…

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Por último, Return to Play and Decreased Performance After ACLR in the National Football League Defensive Players. Read et al. Am J Sports Med 2017 Jul.

Primero que nada se ocupa de aclarar que la reconstrucción del LCA ha sido reportado recientemente como uno de los tantos procedimientos ortopédicos que tiene resultados desfavorables en atletas profesionales.

¿Y cuál es el resultado de su investigación? el 74% de los atletas retorna al menos a jugar solo un partido en la NFL mientras que el 61% retorna exitosamente a jugar al menos media temporada? Los atletas que cargan con una reconstrucción del LCA se retiran antes de la NFL.

Mientras que en la temporada en la que se lesionaron, aquellos que retornaron con éxito comenzaron como titulares en un mayor porcentaje de juegos (el 81%) y realizaron mayor cantidad de tackles solos por partido (3.44) comparado con los atletas que recibieron RLCA pero que no regresaron (54% y 1.77 respectivamente) y con atletas sanos (52% y 1.77).

Luego de la lesión, en la siguiente temporada, los que pasaron por cirugía reconstructiva bajaron su porcentaje de arranques como starters a 57% de los juegos y el promedio de tackles en solitario descendió a 2.38 por partido mientras que los jugadores control, no modificaron sus números de manera significativa.

Dicho de otro modo, luego de la RLCA 6 de cada cuatro atletas retorna a jugar (al menos 8 juegos, que tampoco puede ser tomado como un gran éxito terapéutico, vamos). Son en general los mejores jugadores, pero luego de la cirugía deterioran su performance de manera significativa.

Yo no sé como lo ven ustedes pero para mí el panorama para estos chicos es desolador. Es una lesión que aunque retornes al juego cambia tu carrera. Y para peor.

Creo que no hay que seguir preguntando ¿pero qué pasa con Devin Bush?

Hasta pronto, el Dr. de Acero

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Una breve reflexión sobre Big Ben

Como buen culposo que soy me preocupa ser injusto con Big Ben.

  • Debo admitir que, como muchos, he pensado y dicho, públicamente, que Ben Roethlisberger estaba acabado.

Que antes que exponerlo inmóvil, lanzando pases a los números de los rivales, vetusto e impotente, vendiendo a precio vil el brillo de su busto en Canton, sería mejor sentarlo y ver qué hay en Mason Rudolph o Dwayne Haskins.

También he de decir que siempre creí que el problema de la ofensiva de los Steelers de las pasadas semanas no solo involucraba al QB.

Ben Roethlisberger, Steelers vs Broncos

Ben Roethlisberger launches a pass. Photo Credit: Karl Roser

He escuchado argumentos sólidos, hay que admitirlo, en favor del desplazamiento de Ben del equipo titular, y muchas veces los he compartido. De todo lo que se dijo en estas últimas 2 ó 3 semanas hay verdades y verdades a medias.

De que el tiempo pasó dejando sus marcas en él y de que ya no es el mismo de antes, creo que ya no quedan dudas y estaremos todos de acuerdo.

  • Pero no creo tampoco que esté acabado.

Solo que su capacidad física no es la misma. El cuerpo ya se siente tan maduro que no quiere obedecer a nadie. Ni siquiera a su cerebro.

Parece ser que su juego es más dependiente del desempeño del equipo que lo que lo era antaño.

Por eso sostengo que Ben está llamado a tener otra función dentro del equipo. Que por ahora, a falta de un reemplazo mejor (que no tenemos) es irremplazable. Por su experiencia, por su mente.

Pero claro, no cumpliendo cualquier función. Y el partido de ayer frente a Denver Broncos lo demostró.

La clave para Big Ben y el equipo se encuentra dentro de estos números

60

15-25-253

35-147

Son los números del balance del equipo. De cómo su administrador manejó el negocio en un día de oficina. Es simple. Eso que muchos piden a voz en cuello: “Lo que el equipo necesita, hasta hallar al próximo QB franquicia, es un gestor del juego. No se necesita un Hall of Famer para ganar un Super Bowl…”  Pues bien, visto lo visto ayer Ben Roethlisberger puede ser ese gestor, con el agregado (y por el mismo precio) de que es además un Hall of Famer, un lujo que no tuvieron los Eagles en Nick Foles o los Ravens en Trent Dilfer cunado ganaron sus respectivos Super Bowls. Y ojo, que no estoy diciendo que  a la luz del resultado de ayer nuestro equipo ya es contendiente a jugar en el Super Domingo. Estoy diciendo que en él hay un beneficio extra potencial. Necesita confianza, un juego terrestre, una línea ofensiva decente que lo mantenga libre de madrazos y que facilite ese juego terrestre y la defensa que tenemos, sana. Vamos! Un equipo!

  • Pero una vez aquello, además y fundamentalmente, se necesita consistencia y regularidad.

Pero insisto: Big Ben no está acabado.

  • No puede hacer lo que hacía antes. Puede otras cosas.
  • No hay que dejarlo sólo.
  • Ahora puedo verlo.

Estoy un poco más tranquilo porque no quería ser injusto con él…

El Dr. de Acero

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¿Por que los Pittsburgh Steelers se quedaron sin los playoffs en 2018? (Parte II)

 

En la entrega anterior estuvimos repasando cómo las entregas de balón afectaron de manera decisiva el resultado final de la temporada 2018.

Ahora es el turno de los errores en la ejecución

Mucho se ha discutido acerca de si los Pittsburgh Steelers es un equipo mal dirigido por el staff encabezado por el Coach Tomlin, o si en cambio, lo que sepultó las aspiraciones de disputar el Super Bowl LIII fue un déficit grave en la ejecución.

Pero ¿cómo evaluar objetivamente la “ejecución”? ¿Qué aspectos del juego, a ambos lados del balón y en los equipos especiales representan objetivamente “la ejecución”?  

Según la Real Academia Española “poner en ejecución significa ejecutar, llevar a la práctica, realizar”. Entonces el paso siguiente es buscar aquellos indicadores que permitan evaluar de manera más objetiva la aptitud del equipo para conseguir el objetivo, que en este caso es ganar el partido. Como ejemplificaba en el artículo anterior, mi idea es realizar una “auditoría” a los números del equipo.

¿Fueron los Steelers el mejor equipo de la liga, como se pregonaba a mediados de año?

Claramente la respuesta es NO. Pero, ¿qué tan lejos se estuvo de eso?

JuJu Smith-Schuster, Steelers vs Bengals

JuJu Smith-Schuster noto un touchdown en le finale contra los Bengals. Photo Credit: Barry Reeger, PennLive.com

¿Una ofensiva de élite?

Para comenzar analicemos el indicador más duro de ejecución: el resultado.

Todos conocemos de memoria este ítem: 9 – 6 – 1 (otra temporada ganadora para el Coach Tomlin, argumentarán sus defensores. Temporadas ganadoras sin títulos es (en palabras de Carlos Ortega) agua tibia, rugirán sus detractores)

Nueve – 6 -1 parece hablar de un equipo mediocre, y 9 – 6 – 1 sin postemporada, peor aún.

Trataré de hacer que la farragosa sucesión de números que siguen no noquee al lector a la altura del segundo párrafo…

Anailcemos a la ofensiva en su conjunto y por secciones.

  • Como conjunto, se puede decir que fue el 7° mejor equipo en puntos anotados… Muy bien!
  • Dentro de la zona roja anotó TD el 73,5% de las veces. Primero en la Liga: excelente!!
  • Convirtieron el 44,4% de los 3er downs lo que los ubica 8° en este rubro: otra vez, muy bien!

Hasta ahora no parece tan mal, o sí?

En yardas recorridas por drive se ubicaron 6° con poco más de 32 yds por serie. El objetivo del drive es anotar (a veces consumir el reloj, es cierto) asique hay que ver cuantas veces se convirtieron puntos en esos drives (ya hablamos de esto en el capítulo anterior): 37 % de las veces (ranking 18°) Y ¿cuántos puntos se anotaron? ¿predominaron los TD? ¿o los goles de campo? Puntos por drive anotador: 2.23 puntos (como si cada vez que anotaban fueran goles de campo) Pero ojo, sólo 8 equipos convirtieron más puntos por drive anotador!

James Conner, Myles Garrett, Steelers vs. Browns

James Conner y Myles Garrett. Photo Credit: Barry Reeger, PennLive.

Decíamos que otro objetivo de las series ofensivas, aparte de anotar, claro, es consumir el reloj y controlar el ritmo del partido, manteniendo a la ofensiva rival fuera del campo. Pues aquí no se estuvo tan bien. Pero tampoco tan mal: 2:44 minutos por drive (ranking 14°)

Finalmente se retrocedieron 1.026 yardas por infracciones (este ítem atañe tanto a la ofensiva, la defensiva y equipos especiales) siendo el 3er peor equipo, solo superados por Kansas City y Jacksonville.

Ahora algunos datos por sección ofensiva.

El tándem QB-Receptores.

  • 5008 yds aéreas (2°)
  • Los receptores atraparon el 67% de los envíos (ranking 13°)
  • Intercepciones 17, compartiendo el 6° peor puesto con Cleveland (2,5% el porcentaje de veces que fue interceptado por intento de pese – ranking 20°-)
  • Ben Roethlisberger fue el líder pasador con 5.129 yardas y un QBR de 95,5 (ranking 13°)
  • El rating de QB de Big Ben cuando iba perdiendo fue más alto que el rating general (101.6 cuando iba perdiendo) Si va perdiendo faltando menos de 4 minutos el QBR baja a 80 y sorprendentemente cae a 67 dentro de los 2 minutos finales.

Línea ofensiva:

  • Permitió sólo 24 capturas de QB (ranking 4to mejor) o, visto de otro modo,
  • Permitió capturas el 3,4% de las veces que se intentó pase (2do mejor. Excelente!!!)

Juego terrestre:

La negativa de LeVeon Bell a retornar al equipo tuvo consecuencias innegables, aunque para sorpresa de casi todos James Conner superó largamente las expectativas. Pero alguien, en la dirección ofensiva del equipo, no tenía la misma confianza. No sé si fue MT, Coach Fitchner o el propio Ben el responsable de que durante largos momentos, el juego terrestre se mantuviera fuera y congelado.

  • El resultado? el 2do peor ataque terrestre de la Liga. Sólo 90,3 yds por tierra por juego. Ofensiva desbalanceada y predecible.

Si se analiza el juego terrestre por mitades (quiero decir, discriminado en primera y segunda mitad del partido) el promedio de yardas totales, yardas por acarreo y TD terrestres, veremos que no hay diferencias.

  • James Conner se perdió 3 partidos por lesión y aún así fue el 3er RB en cantidad de TD anotados, ganando así su lugar en el Pro Bowl por primera vez.

Si vemos el desempeño del ataque aéreo también dividido por mitades se puede ver que Big Ben lanzó casi el doble de intercepciones en la primera mitad y ¼ más de TD en ese segmento del juego. En efecto, en lo que respecta a los pases de TD Ben fue más prolífico en el 2do y 3er cuartos.

Hasta aquí las estadísticas de la ofensiva.

De 14 items trascendentes analizados, la ofensiva es top 10 en 7 (de ellos, 3 top 5)

Llegó el turno de auditar a la defensiva y los equipos especiales

¿Fue realmente la defensiva tan mala?

Por este lado las expectativas eran más modestas. Luego de la lesión de Ryan Shazier nada fue lo mismo y esta escuadra se veía herida de muerte durante el resto de la temporada 2017.

Seth Roberts, Terrell Edmunds, Morgan Burnett, Steelers vs Raiders

Seth Roberts quemo Terrell Edmunds & Morgan Burnett. Photo Credit: Tony Avelar, Raiders.com

En 2018 se llevaría a cabo la reparación de la unidad con la llegada de los veteranos Jon Bostic y Morgan Burnett y del novato de primera ronda, Terrell Edmunds se intentaría emparchar (aunque sea a medias) la ausencia del Playmaker.

Veamos algunos números:

  • Permitieron 360 puntos (un mediocre 17avo lugar) y en zona roja ocuparon el mismo puesto del ranking, permitiendo 59.2 puntos.

Los números más destacados fueron en (atención que me llevé alguna sorpresa):

  • Tackleo: 107.9 (9°. Desafortunadamente no pude encontrar la estadística de yardas después de la atrapada y después del contacto pero intuyo que se ha mejorado de manera muy significativa)
  • Pases defendidos: 83 (ranking 3° y a pesar de Burns. Primera gran sorpresa!)
  • Defensa contra el pase: 10° (Segunda sorpresa!)
  • Presión sobre el QB rival: 52 sacks (1° puesto en la Liga)
  • Defensa contra el juego terrestre: 10° en Yardas por intento y en yardas por partido
  • Y aquí comienzan los problemas: recuperaciones de balón INT 15 (ranking 29°) y fumbles recuperados 7 (21°)
  • Durante las 2das mitades esta defensiva se vió más vulnerable puesto que triplicaron los TD por tierra permitidos y sólo interceptaron 2 balones contra los 6 en las primeras mitades.
  • Por otra parte mostró poca capacidad de recuperación o de sobreponerse al marcador ya que le anotaron 22 TDs mientras iban abajo en el marcador y sólo 7 mientras iban ganando.

“Illegal block in the back” o El trabajo del Coach Smith

El título se explica por sí solo…. Sigamos adelante.

Los equipos especiales mostraron claroscuros. Hubo bloqueos de patadas cruciales, hubo TD, pero el debe más importante y doloroso fue el bajón de rendimiento de quien, con derecho, de había convertido en la 5ts “B” de los Killer B’s: Chris Boswell.

Chris Boswell, Nick Nelson, Steelers vs Raiders

Chris Boswell en Oakland… Photo Credit: Ross Cameron, AP via Tribune, Review

Pasó de un porcentaje de 92%para goles de campo en 2017 a 65% en 2018, con 9/10 en GC de 40 a 49 yds en 2017 y 5/10 desde la misma distancia en 2018. Inexplicable. Y catastrófico para el equipo.

Veamos algún detalle:

  • En las semanas 1 y 2 tuvo 1 GC en cada partido y los falló (el de Cleveland ganaba el partido)
  • Contra Denver fue 1-2
  • Contra Oakland fue 0-2

De jugador indiscutido (contrato multianual mediante) pasa a pelear por su puesto en el campo de entrenamiento próximo.

Switzer tampoco fue un dechado de talento al devolver patadas. Promedió 8 yds en paradas de despeje (ranking 17°) y 19.3 yds al devolver KO’s (31°)

Una estadística me llamó la atención. Es el punto, promedio, desde donde partía la ofensiva. Ese punto fue la yarda 26. (Ranking de la liga 31°)

Hasta aquí, los números que me parecieron más importantes

Pero entonces, ¿las estadísticas del equipo dan respuesta a nuestra pregunta original, sobre qué fue lo que pasó con este equipo en esta temporada?

La respuesta es, a mi entender, que no. Es más, estas estadísticas parecen describir a otro equipo.

Los números delatan algunas características o comportamientos del equipo que podrían ir en la dirección de dar una respuesta.

Por ejemplo,  el hecho de que Big Ben anote menos TD en la segunda mitad, puede ir en detrimento de la capacidad del equipo para cerrar o dar vuelta un partido.

  • Lanzar más intercepciones al comienzo del encuentro, explica o es reflejo de lo que  todos vimos: se empezaba lento.

Es sabido que las infracciones matan ofensivas o muchas veces exponen con crudeza incapacidades o falencias técnicas individuales o de conjunto. Que se haya perdido semejante número de yardas por infracciones no ha sido gratis. Con el correr de los partidos la cosa fue mejorando.

Pero mi conclusión es que las estadísticas, no explican el resultado de la temporada. El equipo en realidad debe salir con un Aprobado + si uno se fiara de los números.

Mi  impresión es que jugadas puntuales o segmentos determinados en varios de los partidos perdidos y en el empate de la semana 1 con Cleveland, sellaron el destino del equipo. Y en general estos eventos están relacionados con pérdidas de balón.

La diferencia entre ganar y perder estuvo en errores mentales, de concentración. Aún cuando el equipo se mostró más carente de ideas, se mantuvo en condiciones de dar vuelta el resultado o de llevar el partido a tiempo extra. Pero allí ocurría el error mental que sepultaba las aspiraciones.

Se perdió por 5.66 puntos promedio por partido. Pero esta cifra es engañosa, también, hasta cierto punto, porque está llevada hacia arriba por la derrota contra Ravens que fue la diferencia en puntos más abultada (12 puntos) Si se quita este partido la diferencia en puntos en partidos perdidos sería de 4 puntos. Por poco más que un gol de campo…

  • Nunca el equipo fue arrasado en el campo de juego.

En definitiva, la diferencia se puede decir que estuvo en los detalles, en determinados momentos de los partidos, en la falta de esa energía o talento extra que tienen los equipos campeones.

En favor de los detractores de Tomlin, tal vez ese plus le corresponda a la influencia del Head Coach para identificar en el momento adecuado qué es lo que le está faltando al equipo.

  • Ese talento extra nunca llegó. Ni del Head Coach, ni de parte de los jugadores.

Esta no es, ni pretende ser, la visión definitiva. Es, en tal caso, mi interpretación de una temporada que finalizó de manera muy extraña, decepcionante, por los resultados y por los sucesos que se ventilaron luego de la semana 17.

El Dr. de Acero

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¿Por qué los Pittsburgh Steelers se quedaron sin postemporada en 2018?

Después de mucho tiempo sin dar muestras de vida, decidí reencontrarme con aquellos pocos que seguían mis cavilaciones en Steel Curtain Rising.

  • Me hubiese gustado volver para comentar una victoria en el Super Bowl 53…

En lugar de eso me mueve la curiosidad de poder desentrañar el “misterio” de por qué un equipo tan talentoso no pudo siquiera acceder a los playoffs…

Como se hace en las organizaciones, se me ocurrió revisar los números del balance de esta temporada.
Ver cuales son los “debe” y cuales los “haber”.

Asique mis amigos, hoy toca AUDITORÍA…!!

Mike Tomlin, Steelers vs Raiders

Mike Tomlin faces the biggest challenge of his coaching career. Photo Credit: Ben Margot, AP via Tribune Review

Las razones del fracaso

Durante la grabación de uno de los podcasts (finalmente no emitido) de Steelers 360, al que fui invitado por el querido Carlos Ortega, decía yo, que atribuía el pobre resultado de la temporada regular a dos causas:

  • Turnovers
  • Pobre ejecución

Pero ¿qué significa pobre ejecución?. Siguiendo con el ejemplo de las evaluaciones de las organizaciones, ¿Cuáles son los indicadores de pobre ejecución? ¿Puede uno analizando las estadísticas del juego llegar a alguna conclusión que explique los hechos? o ¿hay acaso razones que no se plasman en fríos números?

Dice el erudito italiano Umberto Eco que la estadística es una disciplina tan manipulable que si hay dos personas y dos pollos, a través de esta ciencia yo podría concluir que cada una comió un pollo aunque haya sido sólo una la que comió…
Advertido de que los números no lo explican todo o que, por el contrario, parecen decir más de lo que hay, voy a adentrarme en esta cuestión y veremos qué encuentro.

En esta primera entrega me voy a dedicar a poner bajo el microscopio los turnovers.

El arte de dispararse al pie

Comencemos diciendo que, esta temporada quedamos en segundo lugar (y fuera de playoffs) en la división norte de la AFC, detrás de los Ravens por un solo partido. Quiero decir que si hubiésemos ganado sólo un juego más, hubiera habido mes de enero para los Steelers. ¿Qué partido? ¿Denver? ¿Chargers? ¿Oakland? ¿el primer juego contra Baltimore? Escojan el que gusten. Todos y cada uno de ellos estuvo a tiro de pedrada.

  • Y los perdimos. Sólo hizo falta ganar un juego más.

Es sabido por todos que si un equipo entrega el ovoide la mitad de las veces en las que anota, es esperable que se estrelle contra una pared. Y eso sucedió con los Steelers.

Explico: el porcentaje de series ofensivas que finalizaron en anotación fue de 36,8% mientras que las series que terminaban en entregas de balón fue de 14,3%. Es decir que por cada 10 series anotadoras, 4 terminaban entregando el ovoide.

  • El turnover ratio de la temporada fue de – 11
  • La relación TD/INT fue de 2:1
  • Los partidos en donde más “generosos” estuvimos con el adversario fueron el empate contra Cleveland (TO ratio -5), la victoria que debió ser derrota contra Jacksonville (-2) y la derrota contra Denver (-4)

Si tomamos las derrotas solamente, allí el ratio es de -11.

En las victorias es 0

  • La cantidad de puntos recibidos gracias a esas entregas, totalizaron 58, equivalente al 16% del total de los puntos recibidos en toda la temporada.

La diferencia entre puntos anotados y puntos recibidos en toda la temporada fue de 68. Puede decirse entonces, que casi toda esta diferencia provino de entregas de balón

En ocasiones las defensivas enmiendan los errores de ofensivas entregadoras, obligando a despejar y evitando que el equipo beneficiado con el turnover cargue con puntos el tanteador. Otras veces no solo ocurre lo contrario sino que esos puntos cedidos determinan el destino del partido.

En la semana 1, en el último cuarto, con los Steelers arriba por 14 en el marcador, James Conner soltó el balón. La respuesta de los locales fueron 7 puntos. En la siguiente serie acerera, fue Big Ben Roethlisberger quien pierde el ovoide. La respuesta no fue inmediata pero los Browns lograron el empate 2 series después y obligaron a jugar tiempo extra. Ya en overtime B. Roethlisberger volvió a soltar el ovoide poniendo a los Browns en situación de ganar el partido si convertían un gol de campo que terminó siendo bloqueado por T.J. Watt.

Semana 4. En casa contra los Ravens. El resultado de las series ofensivas durante la segunda mitad fue: Punt-Punt-Punt-Punt-INT-downs. La intercepción se dió cuando los Ravens ganaban por 9 puntos de diferencia.

Ya más adelante en la temporada, en Mile High. Xavier Grimble tuvo una epifanía y por un instante se imaginó siendo Vance McDonald y supuso que podría atravesar el cuerpo del defensivo que venía a cubrir lo que ya era un TD casi inevitable…

Choque de cabezas, balón mal protegido por Grimble, knock out para el ala cerrada, balón suelto en la línea de gol que se pierde por la zona de anotación, touchback… Se perdieron 7 puntos que hubieran sido vitales para ganar el partido.

Xavier Grimble, Xavier Grimble fumble, Jack Dempsey, Steelers vs Broncos

Xavier Grimble thinks he has a touchdown, but Will Parks is about to force a fumble. Photo Credit: Jack Dempsey, AP via Tribune-Reivew

Se disputaba el 3er cuarto con los Steelers arriba en el marcador por 17 a 10. En 2 series seguidas se entregó la posesión (INT- fumble) y en ambas los locales anotaron de a siete. Para finalizar el encuentro, Big Ben lanzó una intercepción a la zona de anotación, faltando poco más de un minuto, desde la yarda 2 de Denver que selló el destino del partido.

No todas las entregas de balón valen lo mismo. La estadística puede sobrevalorar el item TO. Sin embargo otras veces implican cambios del momentum del partido, otras veces puntos, cuando no la mismísima derrota.

La historia de nuestro equipo contará que en la temporada 2018, quedamos fuera de la postemporada, segundos en la división, a un juego, detrás del campeón divisional, Baltimore Ravens, que alistaron como titular por gran parte de la temporada al QB novato Lamar “Venus de Milo” Jackson.

Para concluir, en esta temporada tuvimos:
1 – un diferencial de turnovers lapidario, y
2 – el diferencial de puntos anotados y recibidos puede atribuirse completamente a entregas de balón.
Pero hay más (y esto no está reflejado en las estadísticas…
3- Varias de estas entregas de balón significaron la derrota

Como veremos en próximos episodios, las entregas de balón no fueron las únicas calamidades que debieron enfrentar los Steelers, un equipo con muchos records de top 10.
Tal vez por eso, dolió tanto este final.

El Dr. de Acero

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La atrapada no sobrevivió al piso. Los Steelers sobrevivirán a los Pats?

En el football americano, como en cualquier deporte, se pueden convalidar arbitralmente dos tipos de jugadas:

1 – una jugada inválida y

2 – una jugada válida.

Lo segundo es lo que corresponde. Convalidar una jugada legal. Lo primero es una aberración.
He estado pidiendo (y muchos acereros aún piden) que me den un partido como ganado a través de hacer trampa. Y ojo que no soy un santurrón que se horroriza cuando los árbitros tienen a bien equivocarse a nuestro favor. No.

Pero en realidad, y si bien se mira, estábamos pidiendo que convaliden una jugada fuera de la regla. Porque fue pase de Ben Roethlisberger a Jesse James fue, lamentablemente, incompleto. Porque no completó el proceso de recepción. Lo de atravesar el plano/fin de la jugada vale para un corredor, cosa que James nunca fue. Nunca se constituyó en un corredor. Entonces siendo receptor y no corredor, si tiene control de la pelota, este (el control) tiene que continuar si la pelota golpea el piso. La famosa frase “tiene que sobrevivir al piso”.

En definitiva, se cobró acorde a la regla. Que la regla es una calamidad, seguro. Pero está vigente y es así y no otra cosa. Tampoco vale, como leí por ahí, poner otros ejemplos de otras atrapadas en donde no se cumplió con la regla y se convalidó incorrectamente como pase completo.

Errores arbitrales pasados no cambian la regla que nos afecta ahora.

Que los Pats se vean frecuentemente beneficiados, como argumentó Ed Bouchette en el Pittsburgh Post-Gazette, tampoco permite que podamos pedir: “Eh! Cobren esto que no fue, porque a los Pats se lo cobrarían!!!” “Fue TD porque casi la atrapó! Le faltó poquito! Asíque sea “gauchito” Sr. Corrente, y denos el TD así ganamos el partido!!” Ridículo.

Habrá que cambiar esa regla.

  • Eso es lo que dolorosamente aprendí esta semana: La regla de la recepción.
  • Yo también pensé o quise abonar la teoría conspirativa según la cual todo es para los Pats y nada para el resto. Pero es un sinsentido porque se cobró lo que dice la regla.
  • Esta es mi opinión, luego de que se me disipó la frustración. Es lo que entendí luego de escuchar y leer distintas opiniones.

Sin embargo lo que ahora estoy concluyendo, es que lo que más frustración nos dejó fue el blooper de Ben, dos jugadas más adelante. La no-atrapada de James sería nada más que una anécdota si Big Ben hubiese picado el ovoide en 3er down, y ni qué hablar si hubiese completado el pase a Eli Rogers y allí mismo hubiésemos enterrado a los Pats, en cuestión de unos cuantos segundos.

Pero no fue lo que sucedió y ahora el equipo debe lidiar con ello. Los caminos son dos: o salen fortalecidos de la adversidad o sucumben ante la asunción de la incapacidad propia e irremontable.

Yo creo que el camino será el primero. Porque ya han demostrado resiliencia en diferentes momentos de la temporada. Como sucedió en la segunda mitad del juego contra  Bengals, luego de la grave lesión de Ryan Shazier.

Esa noche amarga, en Cincinati, al final del partido pensé: “en ese vestuario pasan cosas…”

El Dr. de Acero

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Los Pittsburgh Steelers martirizaron a los Houston Texans venciéndolos por 34 a 6

La 16° semana de la temporada 2017 de la NFL ya es historia para los Pittsburgh Steelers, quienes apalearon sin compasión a unos muy remendados Texans, por un comodísimo 34 a 6 y mejoraron su marca a 12-3
Entrados a esta semana, y viniendo de la muy dolorosa derrota a manos de los Patriots, todavía la Nación Steelers no ha podido desembarazarse del trauma de la “atrapada incompleta” de Jesse James que les hubiera significado la victoria y el seguro de la ventaja de localía en un eventual duelo de postemporada. Para colmo de males, como daño colateral a la derrota, el mejor WR de la Liga, Antonio Brown, debió dejar el campo de juego temprano en el partido por una lesión en su pierna izquierda que lo tendrá fuera de acción por un tiempo aun no determinado
Durante los días posteriores a aquel juego, comenzaron a aflorar varios interrogantes sobre el futuro inmediato de los Steelers.
La pregunta que más me inquietó la formuló el ex pateador de los Baltimore Colts y los NY Giants (con quienes ganó el Super Bowl XXI) Raúl Allegre  , hoy devenido en comentarista para la cadena ESPN en español.
Raúl se preguntaba cómo el equipo iba a absorber el impacto de semejante derrota. Teniendo en cuenta la historia reciente, en donde los jugadores se sumergen en una especie de enajenación que desdibuja sus talentos cuando se enfrentan a equipos de menor calidad y con marcas perdedoras, y la conocida inconsistencia en el juego (entre partidos e incluso dentro de un mismo juego), ese interrogante se corporizó de manera amenazante.
A poco de reflexionar sobre la actualidad del equipo, uno caía en la cuenta de que esa duda no venía sola.

¿Cómo iba el cuerpo de entrenadores a compensar la ausencia de Antonio Brown, quien no solo completa yardas y anota touchdowns sino que también suele absorber dobles marcas, facilitando mucho el trabajo del resto de los receptores?

¿Cómo iba a influir el regreso de Joe Haden luego de estar fuera por lesión, en la alicaída defensiva profunda de los Steelers?

Vayamos analizando el partido, a ver si encontramos las claves que respondan esas preguntas.

Resiliencia

Lo primero que hay que admitir es que estos Houston Texans (4-11) distan muchísimo de aquellos del inicio de la temporada, cuando contaban con JJ Watt y DeShaun Watson. Este equipo ha venido en caída libre desde la semana 6 en que vencieron a los Cleveland Browns. Hasta allí ganaban y perdían de manera alternada. De los siguientes 8 partidos (9 con el de hoy), solo han ganado uno. Si alguna esperanza de mejorar la temporada tenían estos Texans, estas se esfumaron cuando entre la semana 8 y 9 se lesionó el QB Watson, quien quedó fuera por el resto de la temporada. Los primeros 2 mariscales de campo (el mencionado Watson y Tom Savage) están fuera por lesión. De manera que T J Yates y Talor Heinicke, son el 3er y 4to QBs del equipo. Viendo el partido de hoy quedó evidencia clara de que este equipo tiene muy limitado el juego aéreo.
El partido se resolvió en la primera mitad. Si se quiere, se puede agregar también el 3er cuarto. Parte del 3ero y el cuarto fue “garbage time”. De manera que las estadísticas totales pueden engañar.
Tan así fue que al finalizar la 1era mitad, solo habían pasado para 8 yardas (sí, no me equivoco. Ocho yardas) en 2 de 7 intentos. Dónde sí estaban mejor era en la ofensiva terrestre. Acarrearon en los 2 primeros cuartos un total de 115 yardas. Los Steelers tuvieron 14 primeros downs mientras que los locales sólo 4. El tiempo de posesión favoreció también a la visita: 17:54 min a 12:06.
En la primera mitad los Acereros recuperaron dos balones a traves de una intercepción de Artie Burns en la propia zona final y Bob Dupree que recuperó un fumble generado por Cam Heyward. Hasta ese momento los Steelers estaban al frente 20 a 0.
Pero, qué hay de nuestra primera pregunta? Iban los Steelers a sobreponerse, desde lo anímico, a la derrota de la semana anterior. Haciendo la salvedad de que el rival fue muy inferior en calidad, la respuesta es Sí aunque a medias. Respondió el equipo de manera satisfactoria ante este rival. Repasemos algunos datos:
Siete de 12 conversiones de 3er down (casi 60% de efectividad).
– Cuatro de 6 en zona roja y
– Dos turnovers generados
– Más de 30 puntos anotados.

Pero recordemos, además, cómo funcionan los Steelers en los llamados trap games. Los partidos los pierden los Steelers, no los gana el adversario.

Este podría haber sido uno de esos partidos. Tranquilamente. T. J. Yates podría haber lucido como, digamos, Dan Marino. Aún siendo Yates…

Pero parece que por hoy, al menos, ese hechizo se rompió.

Antonio Brown

Antonio Brown, <a rel=

La segunda pregunta hacía referencia a cómo Todd Haley y Mike Tomlin se la iban a ingeniar para reemplazar a Antonio Brown. Uno hubiera pensado denle el ovoide a Bell más de 30 veces, que lo acarree y ya.

Pues no. Entre LeVeon Bell y el recien arribado Stevan Ridley, acarrearon en 14 y 9 ocasiones, respectivamente. Veintitrés acarreos en total.
Si se analiza por posiciones, a los WR Ben les lanzó 17 pases (att y no pases completados); a los RB, 8 pases y a los TE 6.
Tampoco se lo utilizó a Bell como receptor más que lo habitual ya que en el resto de la temporada se lo buscó un promedio de 7 veces por partido.
Los receptores que fueron buscados hoy más que en el pasado fueron: Vance Mc Donald, JuJu Smith-Schuster e Eli Rogers.

La primera conclusión que se puede sacar es que
1 – No se acarreó más que lo habitual (22 toques por partido): hoy 14 más 9 de Ridley. Total 23 acarreos.
2 – McDonald acaparó casi todos los intentos de pase destinados a la posición de TE. Y además se lo buscó 5 veces en lugar de las 2 veces promedio por partido. En cambio Jesse James fue casi ignorado en el dia de hoy.
3 – Quien está mejorando su nivel es Martavis Bryant: hoy atrapó el 75 % de los pases que se le lanzaron cuando en el resto de la temporada promedia un 56% de atrapadas

Es decir: NEXT MAN UP

Joe Haden

Por último queda analizar si el reingreso de Joe Haden marcó diferencias

El mejor receptor de Houston (y el segundo mejor de la liga) es DeAndre Hopkins y se lo busca un promedio de 12 veces por partido, logrando atrapar el ovoide 6,5 veces por partido. Hoy se lo buscó en 6 ocasiones y atrapó 4. Seguramente las limitaciones del QB al lanzar explica en parte esta diferencia entre lo que es habitual y lo ocurrido en el día de hoy.
Pero la primera atrapada la consiguió cuando restaban 32 seg. para finalizar el 3er cuarto. Y quien estaba asignado a la marca one-on-one era Haden. El ex Brown de Cleveland logró imponerse durante gran parte del partido. La excepción fue la atrapada de TD de Hopkins de otro planeta al comenzar el último cuarto y que marcó los únicos 6 puntos del local.

Entonces la tercera pregunta se responde afirmativamente también: Joe Haden marcó la diferencia, al anular durante 3 de los 4 cuartos al segundo mejor receptor de la liga.

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Football americano (o fútbol americano o futból americano o fobal americano)

A raíz del artículo que escribiera el Hombre de Acero en este blog Steel Curtain Rising acerca del argentinismo “Choto”, se me ocurrió reflexionar acerca de la lengua, el deporte importado y la asimilación de culturas diferentes.

  • Como no soy especialista en cultura, ni soy un lingüista, este artículo recorrerá el camino de la reflexión y no el de la certeza académica.

En Argentina, todos los deportes, con excepción del pato (nuestro deporte nacional, que consiste en que ocho jinetes por bando, disputan y tratan de embocar el “pato” dentro de un aro) son deportes traídos de afuera.

Alejandro Villanueva, Dri Archer, Landry Jones

Alejandro Villanueva en acion por los Steelers durante 2015. Photo Credit: El Confidencia

Así ocurrió con el fútbol a mediados del siglo XIX, traído al país por estudiantes británicos, llegados para la construcción del ferrocarril. El primer club fundado por aquí fue el Buenos Aires Football Club, el 9 de mayo de 1867. Más tarde se fundó Alumni, club que ganó la mayor parte de los torneos durante la etapa del amateurismo.
Junto con el juego, se importó asimismo el léxico que le era propio.

  • Se incorporaron anglicismos como referee, lineman, offside, forward, backs, goal, goalkeeper y asi…

Alumni, ganó 10 torneos en el fútbol argentino amateur

A medida que el deporte se popularizó, estos términos se fueron argentinizando. Y es aquí que ocurre el fenómeno de la asimilación cultural del deporte en una sociedad determinada:

  • Un deporte se nacionaliza o populariza cuando la gente se apropia de su lenguaje.

Independientemente de la academia y de la forma en que se incorporaron esas palabras con origen en el idioma inglés, el pueblo adquirió el vocabulario según sus figuras fonéticas. Referee devino en referí, foul en ful o faul, center forward pasó a ser centro fobal, offside orsay y laiman evitó la incomodidad de las dos palatales “nm” de lineman.

  • Los veteranos de más de 70 recuerdan a jugadores de leyenda, y rememoran “…había un centro jaf…” por center half.

Más de 120 años después de la fundación del fútbol argentino, en la década de 1990 se produjo el desembarco en estas pampas, del football americano, de la mano de la televisión por cable y de la transculturización global. Fueron épocas en las cuales se imponía el mandato predominante de la clase media argentina según el cual debíamos “integrarnos al mundo”.

Y esa integración ocurrió, pocos años después de haber salido de la oscuridad más profunda de la última dictadura cívico-militar, en lo social, en lo político (en palabras de nuestro canciller de la época, iniciamos un período de “relaciones carnales con los Estados Unidos” -sic-) y en lo económico.

Algunos argentinos nos topamos con las televisaciones de los partidos de football americano de ESPN en español. Al principio las imágenes no detenían el zapping, hasta que un día un amigo viajero me explicó las reglas básicas del juego.

  • No muchas, sino las suficientes como para poder seguir y disfrutar de un partido y por supesto, los Pittsburgh Steelers

Y los nuevos aficionados nos topamos con dos nuevos léxicos: uno en inglés y el otro en español mejicano que es una mezcla de español férreamente defendido e ingles digerido (algunas veces y otras no: ingles directo). Lo que podríamos llamar “vocabulario del football americano nacionalista mejicano” incluye los nombres de los clubes invariablemente traducidos. Por ejemplo los Halcones marinos de Seattle, o los Acereros de Pittsburgh.

Tengo la impresión de que el football recorre en México, el mismo camino que el fútbol soccer recorrió en Argentina. Es así que el término Quarterback fue aprehendido popularmente en su forma de traducción fonética como “coreback”.

  • Y nosotros en el sur, estamos un poco perdidos.

Por un lado luchamos contra la visión que muchos compatriotas tienen de nosotros: un grupo de excéntricos raritos, snobs, amantes o, lo que es peor, sumisos consumidores de la cultura norteamericana for export (la peor cara de la riquísima cultura norteamericana).

  • Por otro lado, buscamos el vocabulario correcto. ¿será línea de golpeo o line of scrimmage? ¿Balón suelto o fumble?

Balón? Nosotros aquí llamamos pelota a casi todo lo que sirva para practicar un deporte. Entonces será ¿balón o pelota? ¿Prospect o aspirante? ¿Será la argentinización directa desde el inglés o la traducción al español vía México? (Por suerte a nadie se le ha ocurrido llamar “vil o canallesco José Verde” a Mean Joe Greene)

Será el tiempo y el uso de los aficionados (fans, hinchas, fanáticos o fanaticada?) lo que tendrá la palabra final.

Si este deporte algún día se populariza (y creo que depende más de la decisión que tome la NFL de difundir el Fútbol Americano en el cono sur, que de nosotros mismos. A esta altura creo que los medios todo lo pueden) tal vez sea con la incorporación de un vocabulario popular y nacional.

Taim uil tel, mi amigo… Taim uil tel.

El Dr. de Acero (con la colaboración del prof. Marcelo Vallejos)

 

 

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Fanaticos de los Pittsburgh Steelers en Argentina al Obelisco! 3 De Septiembre 2017

Siete días antes del inicio de una nueva temporada, tendrá lugar en Buenos Aires y en más de 50 ciudades alrededor del mundo, un evento muy especial para la Nación Steeler en general y para mí en particular.

Ese día, en el Obelisco, el sitio donde en 1812 se izara por primera vez la bandera argentina en la ciudad de Buenos Aires, los fanáticos acereros de esta parte del mundo, nos reuniremos para tomar la foto oficial de los Steelers fans.

Steelers fanaticos Argentina, Steelers Buenos Aires,

Cuenta la historia que allá por 2013 en Monterrey, México, un grupo de fanáticos mejicanos se reunieron para ver un partido, luego del cual, se tomaron una fotografía para inmortalizar el momento. Un año más tarde la idea de unir en una imagen a los hinchas acereros de todo el mundo, comenzó a tomar forma en la cabeza de Guillermo Vargas, un conspicuo aficionado, quien desde hace 36 años reside en la ciudad de Washington. Aquél 2014 participaron no más de tres ciudades mejicanas.

Desde entonces Guillermo y otros amigos se ocuparon de esparcir la idea a través de las redes sociales: hoy, a 4 años de aquella primera experiencia, sitios tan lejanos como Budapest, Londres, Heidelberg, Bogotá están entre las 53 ciudades de 10 países.

Semejante despliegue de esfuerzo comunicacional y de amor por los colores aurinegros no podía menos que atraer la atención de la organización de la familia Rooney. Así es que los Pittsburgh Steelers prometieron difusión y reconocimiento.

Asique la cita es el próximo domingo 3 de septiembre, en el Obelisco, justo en la intersección de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, a las 10 de la mañana.

En la cancha Ben Roethlisberger, Antonio Brown, Martavis Bryant, James Harrison y LeVeon Bell. Fuera del emparrillado (sea en las gradas o frente a un televisor) en cualquier punto del planeta, NOSOTROS. La hinchada acerera. Juntos seguimos escribiendo la historia de los Pittsburgh Steelers. Con letras doradas…

y negras.

El Dr. de Acero

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Sorpresiva derrota de los Steelers ante los Eagles por 34 a 3

Los Steelers cayeron de manera estrepitosa y sorprendente ante los Eagles por un vergonzoso 34 a 3.

“Jugamos para ganar y si no ganamos, al menos perder competitivamente” fueron más o menos las palabras de Coach Mike Tomlin en la conferencia de prensa ni bien terminado el juego. Este no fue el caso. Ni cerca se estuvo de eso.

Los Pittsburgh Steelers llegaron al Lincoln Financial Field, en Filadelfia con marca de 2-0 para enfrentar a los locales, Philadelphia Eagles, con QB novato, quienes contaban con idéntica marca ganadora.

Los Acereros contaban con una ofensiva que se ubicaba en el Top 10 en puntos, en yardas totales y por tierra por partido. Por el lado de la defensiva, si bien permitieron yardas por toneladas, permitían pocos puntos y, lo más importante, habían permitido solo 1 TD desde la zona roja en los dos partidos anteriores. Como decimos habitualmente, una defensiva que se doblaba pero no se rompía…

  • Hasta hoy. Y se hizo añicos.

Y para empeorar las cosas, la ofensiva acerera nunca estuvo al mando del partido.

La primera serie ofensiva de los Steelers fue un presagio de lo estaba por venir: No se pudo acarrear ni una yarda, el reincorporado Markus Wheaton soltó un pase de sus manos en la zona de anotación y por último, Philadelphia bloqueó el gol de campo a Chris Boswell haciendo que la ofensiva visitante dejara la cancha con las manos vacías.

  • La respuesta de la ofensiva local dejó ver a la defensiva acerera tal como la conocemos: deteniendo a los rivales en la zona roja permitiendo sólo 3 puntos a través de un gol de campo.

Hasta aquí, todo iba como siempre.

A partir de aquí, se comenzó a jugar el juego que finalmente fue. Wheaton soltó su segundo pase y Ben Roethlisberger comenzó a sentir la presión de la línea defensiva local. El QB novato Carson Wentz comenzó a hacer su juego corto, detrás de la línea de golpeo, hacia las bandas, con play actions, sin sentir el acoso de Pittsburgh.

Como fue en las dos semanas anteriores, comenzaron a aparecer las fallas en el tackleo en todo el campo por parte de la defensiva acerera y Robert Golden y Ryan Shazier tuvieron que dejar el campo por lesiones. Finalmente no tardó en llegar el TD del número 81 Jordan Matthews al atrapar un pase de 12 yardas, lo cual cambió (para siempre, después lo sabríamos) el momentum del partido en favor de los Eagles.
La ofensiva de Big Ben mostraba algunos signos de que aún vivía, pero la efectividad que había mostrado en los juegos anteriores cuando pisaba la zona roja comenzaba a desvanecerse, ya que en 3er y 7 desde la 13, David de Castro fue arrasado y Ben capturado, debiendo Boswell anotar los primeros y únicos 3 puntos de la tarde.

  • Así finalizó la primera mitad con el marcador 13 a 3 para los locales. Los Steelers habían convertido sólo 3 de 7 intentos de 3er downs.

La primera serie ofensiva de la segunda mitad de los Eagles le cavó la tumba y reservó la lápida a las esperanzas de los hinchas de la Nación Steeler cuando el QB Wentz, puesto a correr por su vida fuera del bolsillo de protección conectó con Darren Sproles quien 73 yardas después accedió a la zona de anotación para estirar la diferencia a 17 irremontables puntos.

  • Tal vez prematura pero evidentemente los Steelers eran incapaces de volver a este juego.

Promediando el 3er cuarto, en la siguiente serie ofensiva de los locales, luego de 2 largos acarreos por el corazón de la línea defensiva acerera Wendell Smallwood ingresó como caminando a la end zone desde la yarda 1.
Esa defensiva estaba rendida. 27 a 3.

De allí en más, garbage time.

  • Habría otro TD más que pondría cifras definitivas al juego. Pudieron ser más. Pudo haber sido una derrota aún peor.

Las estadísticas del juego, esta vez no explican lo sucedido en el campo de juego porque el partido terminó y se desnaturalizó al promediar el 3er cuarto, luego del TD de Smallwood. O tal vez antes, luego de la anotación de Sproles. Quien sabe

Fue evidente que se falló en todas las líneas del equipo y en todas las fases del juego pero el partido se perdió en las trincheras.

Comenzando por la línea ofensiva. En general fueron actuaciones decepcionantes. David De Castro, Alejandro Villanueva y hasta Maurkice Pouncey fueron desplazados y movidos a voluntad, poniendo bajo presión a Ben, y permitiendo capturas en momentos claves del partido. Hubo dos capturas de mariscal en jugadas consecutivas que terminaron con Roethlisberger soltando el ovoide.
Para DeAngelo Williams no hubo por donde acarrear. Sólo acarreó para 21 yds, aunque es justo decir que promediando el 3er cuarto, los Steelers debieron enfrentar el hecho de que desde allí en más debían ser un equipo unidimensional, porque estaban acorralados entre el tanteador y el reloj.

  • La asociación receptores-QB funcionó sin consistencia. Con picos y valles. Los valles, muy bajos: tres pases soltados por Wheaton, uno de ellos para TD.

Tal vez por la natural atracción que Antonio Brown ejerce sobre las marca, Big Ben prefirió buscar inicialmente a otros receptores. Esto a veces funcionó muy bien (como con Sammie Coates) y otras no. Recién al final del partido, cuando todo estaba decidido, aparecieron las yardas “estadísticas” para Antonio Brown.

  • Big Ben siendo tal vez demasiado vertical, apareció por segundo partido consecutivo con algunas faltas de toque, volando a Eli Rogers y a Jesse James.
  • En la otra trinchera, la defensiva, fue donde se vió el panorama más desolador.

Durante lo que va de esta temporada, parece que el Coach Keith Butler decidió abandonar la carga. Pittsburgh parece ya no ser Blitzburgh.

No se capturó al mariscal ni una sola vez. Sólo el veterano James Harrison pareció tener el colmillo necesario para perseguir al joven Wentz en dos ocasiones, tarde en el partido y Anthony Chickillo presionando una vez en la cara de mariscal. Tres presiones. En 60 minutos.

Los linebackers lucieron ausentes en las jugadas de pase, las primeras 15 yardas detrás de la línea de golpeo eran tierra de nadie.
Hay que acentuar, para ser justos, que el novato Wentz, sea por defecto de la defensiva acerera o por propia virtud, o por virtud del plan de juego, estuvo casi perfecto. En 3 partidos no lanzó ni una sola intercepción. Y en gran medida, esta tarde tiene mucho que agradecer al plan defensivo de Keith Butler, que esa estadística siga siendo así.

No sé por qué razón los Steelers fallan tantos tackles. Verdaderamente es un misterio. Una cosa es segura: los defensivos de Philadelphia no fallaron tantos tackles como sus colegas acereros. Esto debe ser un problema central de coaching. Y no se vé progreso en esta área.

  • Fue uno de esos partidos que se van de la raya. Atípicos.

Ni antes de este juego los Steelers eran tan brillantes ni ahora son tan malos.

  • Saltaron algunas alarmas. Pero estamos muy lejos del pánico.

Estos que jugaron hoy en Filadelfia, no son los verdaderos Steelers.
El Dr. de Acero

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